viernes, 8 de mayo de 2009

Balada del diablo y la muerte


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Balada del diablo y la muerte
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Intérprete: La Renga
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Estaba el diablo mal parado en la esquina de mi barrio
ahí donde dobla el viento y se cruzan los atajos.
Al lado de él estaba la muerte,
con una botella en la mano me miraban de reojo
y se reían por lo bajo.
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Y yo que esperaba no sé a quién,
al otro lado de la calle del otoño
una noche de bufanda que me encontró desvelado,
entre dientes oí a la muerte que decía así:
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Cuántas veces se habrá escapado,
como laucha por tirante
y esta noche que no cuesta nada, ni siquiera fatigarme,
podemos llevarnos un cordero, con solo cruzar la calle.
Yo me escondí tras la niebla y miré al infinito,
a ver si llegaba ese que nunca iba a venir.
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Estaba el diablo mal parado en la esquina de mi barrio,
al lado de él estaba la muerte,
con una botella en la mano.
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Y temblando como una hoja,
me crucé para encararlos,
y les dije, me parece que esta vez
me dejaron bien plantado.
Les pedí fuego y del bolsillo
saqué una rama pa'convidarlos
y bajo un árbol del otoño
nos quedamos chamuyando,
me contaron de sus vidas,
sus triunfos y sus fracasos,
de que el mundo andaba loco
y hasta el cielo fue comprado
y más miedo que ellos dos,
me daba el propio ser humano.
Y yo ya no esperaba a nadie,
y entre las risas del aquelarre
el diablo y la muerte se me fueron amigando,
ahí donde dobla el viento y se cruzan los atajos,
ahí donde brinda la vida en la esquina de mi barrio.

jueves, 7 de mayo de 2009

Cambiar los Incentivos para la Salud


A propósito del libro “La Mafia Médica” de la doctora Gislaine Lanctot comentábamos con un amigo que se trataba de un problema de incentivos; no es necesario recopilar los espantosos datos, es solo darse cuenta donde se han puesto los incentivos. Toda la empresa que participa del negocio de la salud… lo cierto es que el negocio está en la enfermedad, no en la salud, cualquiera que participe de este mercado estará interesado en que aumenten las enfermedades y no en disminuirlas. Las grandes transnacionales de la salud verían con horror si alguien descubre “La Cura de Todas las Enfermedades”, como afirma en su libro la ex doctora Clark.
Se invierten millones de millones en nuevas tecnologías, drogas y medicamentos, nos abrazamos todos los años con los nuevos descubrimientos de la medicina, con los brillantes premios Nobel, con las tremendas inversiones gubernamentales… pero lo cierto es que no nos enfermamos menos, cada tanto aparecen nuevas enfermedades, virus que mutan, bacterias acecinas… Mientras el negocio permanezca del lado de la enfermedad y no de la salud, seguiremos muertos de miedo y pagando cada vez más.
Por muy inmoral que sea el juego de las empresas médicas, no son ellos los principales responsables, quienes deben regular este mercado y fijar los correctos incentivos, es decir los legisladores, los políticos, son los verdaderos responsables. También son responsables los periodistas que no informan, que no ponen el tema en el debate.
Si el índice económico de este negocio fuera la salud, si pagáramos nuestro seguro de salud cuando estamos sanos, pero recibiéramos indemnizaciones si no lo estamos, las empresas invertirían sus estrategias, la medicina sería menos espectacular pero mucho más efectiva.

viernes, 24 de abril de 2009

La Otra Esquina

Porque en una esquina están los que tienen derecho a contarnos lo que estamos viviendo, los que nos cuentan que baja la bolsa y que nuestras vidas serán un desastre, aquellos que convierten en el rey de la fiesta al asesino que le arruinó la vida a una familia completa, aquellos que inventaron que lo más entretenido es ver como 11 “héroes” le dan de patadas a una pelota… por eso, nosotros estamos en la Otra Esquina.
Si en algo tenía razón nuestro amigo Bakunin es en que el poder corrompe, y lo propio ocurre con el poder de la prensa. Esa facultad de fiscalizar a los otros poderes que tanto aplaudíamos en el pasado ha caído en manos inescrupulosas que están en posición de manipular la opinión pública resaltando sus inclinaciones más bajas. Nos marean con la noticia intrascendente que despierta el morbo y “se ocupan del deporte, para distraer la vista” según cantaban Schwenke y Nilo.
Por qué un muchacho inculto tiene el derecho a decirnos que la noticia del día fue la mostrada de calzones de una “top-model”, o por qué con la salida de un entrenador logramos cubrir el piso de media cocina? No pretendo contestar esas preguntas ahora, más bien liberarnos de todo eso para abrir este espacio en que podamos compartir lo que hemos leído, pensado e inventado en este hermoso camino que es el crecer.