Lo que publiqué el 12 de marzo me dejó de alguna manera paralizado, si bien era mi pensamiento sincero, al releerlo sentí que no funcionaba. Es que estaba escrito desde los miedos, de esos feos bichos que es tan difícil enfrentar. Pero hay que sacar lección de los acontecimientos más traumáticos, a los chilenos nos vino ese terrible terremoto y al perderlo todo uno se da cuenta que nada nos pertenece para siempre; lo que nos podremos llevar al final son nuestras culpas, nuestros logros, los buenos recuerdos, los sentimientos más intensos y todo lo que pudimos sembrar en nuestra vida.
Por eso lo único importante que podemos perder es: reparar nuestras culpas, seguir luchando por nuestras metas, amar a pesar de todo y seguir sembrando.
viernes, 11 de junio de 2010
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